CVNE y el arte: Jaume Plensa retoma el diálogo entre creación y vino

Fotos y Textos: Guillermo Cachero
La bodega CVNE, ubicada en el histórico Barrio de la Estación de Haro, vuelve a entrelazar su nombre con el arte contemporáneo a través de la exposición A lo largo del día, de Jaume Plensa (Barcelona, 1955), que permanecerá abierta hasta enero de 2026. Esta propuesta no es un gesto aislado, sino un eslabón más en el diálogo continuo que CVNE ha sabido forjar entre el vino y el arte, dos expresiones creativas que nacen del mismo pulso vital.
Desde que en 2014 inaugurara la muestra de Eduardo Chillida, El viento que no vemos, que atrajo a más de 10 000 visitantes, CVNE ha convertido sus espacios en un refugio para algunos de los nombres más relevantes del arte contemporáneo. Cristina Iglesias presentó en 2016 sus Pozos, elaborados en resina, aluminio y piedra cerámica, mientras que Anthony Caro ocupó 15 000 metros cuadrados con 23 esculturas monumentales, logrando un diálogo íntimo entre sus piezas y la arquitectura de la bodega. En 2022, Pablo Palazuelo aportó su Ensoñación de la materia, donde esculturas y pinturas de gran formato se fundieron con la identidad de un espacio que late al ritmo del tiempo.
La obra de Jaume Plensa retoma y renueva esta sinergia entre arte y vino. A lo largo del día presenta 24 gongs suspendidos que simbolizan las horas del día y convierten al visitante en partícipe: cada persona es invitada a hacerlos sonar, liberando la energía latente en cada pieza. Esta instalación sonora y participativa, ubicada en la Nave II de la bodega, se funde con el ambiente húmedo y oscuro del lugar, evocando un refugio atemporal donde el paso del tiempo se convierte en un canto a la creación.

Cada palabra grabada en los gongs —hueca, como si respirara— actúa como un puente entre la materia y el espíritu, transformando el tiempo lineal en un tiempo emocional y suspendido. Así, la obra de Plensa se sumerge en la esencia misma del vino, que también renace y se reinventa con cada vendimia. Las sombras proyectadas por los gongs —cilíndricas, suspendidas, llenas de misterio— recuerdan un eclipse de sol, un renacer perpetuo que invita a contemplar lo invisible, a descifrar el susurro de lo intangible.
María Urrutia, directora de marketing de CVNE, subraya la afinidad natural entre el arte y el vino: “Entendemos que el arte se acerca al vino en cuanto al proceso creativo y a que, como en el arte, las personas ponen en su elaboración sentido, talento y emociones. Para nosotros es una forma de expresión vital con la que nos identificamos”.
La elección de la bodega para esta exposición no es casual. Rocío Plana Freixas, licenciada en Historia del Arte y doctoranda en una tesis sobre Plensa, explica que la obra de los gongs establece una relación sinérgica con espacios históricamente vinculados a la materia líquida y los cuerpos fluidos. La Nave II, con sus muros húmedos y su aire casi ancestral, amplifica el diálogo entre la obra y el lugar, envolviendo la experiencia en una atmósfera de resonancias y silencios.


Jaume Plensa, uno de los escultores más influyentes del siglo XXI, ha dejado su huella en ciudades como Chicago, Londres, Seúl o Montreal, y ha expuesto en instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el Yorkshire Sculpture Park. Su obra, profundamente humanista, explora la relación entre cuerpo, palabra, tiempo y espacio, utilizando materiales como el hierro, el vidrio o la luz. “El arte no sirve para nada, por eso es tan importante”, ha afirmado.
En A lo largo del día, el sonido de los gongs reverbera como un llamado a la creación, un canto que, como el vino, resuena con la emoción de lo vivido y lo soñado.
La bodega ofrece diversas formas de disfrutar de esta experiencia. La primera es la visita habitual (28 €), la segunda incluye solo la exposición y degustación del vino Asúa (12 €), y la tercera es la experiencia Vinos A lo largo del día (40 €), que propone una cata de cuatro vinos vinculados a cuatro de los gongs de la exposición.
Más información y reservas en: Enoexperiencia | CVNE.